miércoles, 1 de julio de 2009

Desarrollo y estructura de una tormenta

Los sucesos que dan lugar a la formación de una tormenta pueden asociarse en tres diferentes fases.

La primera fase o de desarrollo se caracteriza por fuertes corrientes verticales ascendentes que se inician desde el suelo y que se van haciendo más intensas a medida que progresan en altura, llegando a alcanzar velocidades de 10 m/s. Cuando el aire que sube se satura, sucede que el vapor de agua comienza a condensarse y es ese vapor de agua condensado lo que vemos como una nube. A mayor concentracion de vapor de agua, mayor temperatura, por lo que dentro de la nube, esa alta temperatura provoca que el aire que sube se expanda. Cuando el cúmulo naciente crece por encima del punto de congelación, comienza realmente la fase inicial y las gotas de agua y hielo van aumentando su tamaño rápidamente. Llega un momento en que las corrientes verticales que produce el aire en su ascenso no son capaces de mantener en el aire dichas gotas e inician su caída.

La segunda fase o maduracion, se inicia con la aparición de las precipitaciones. Las gotas al no poder mantenerse en suspensión debido a su peso, inician su caída ayudadas por corrientes descendentes. Las corrientes verticales ascendentes siguen aumentando en el interior de la nube, alcanzando velocidades de hasta 30 m/s. La parte de la nube donde el viento descendente es más constante y está mejor organizado es el centro de su parte delantera y se inicia por el propio efecto de las gotas al caer al que se suma el efecto del aire lateral descendente. Cuando estas corrientes descendentes alcanzan el suelo el aire descendente sopla horizontalmente y racheado y generalmente en la dirección del desplazamiento de la nube, disminuyendo la temperatura y aumentando la presión repentinamente. Esta fase suele durar aproximadamente entre quince y veinte minutos, alcanzando la nube su altura máxima.

La tercera fase o disipacion, se caracteriza por la desaparición de las corrientes verticales ascendentes, únicamente persisten las corrientes descendentes, las precipitaciones van cesando paulatinamente, la humedad va desapareciendo y finalmente desaparece también la nube. Al final solo queda un débil movimiento de aire descendente, y un rastro de la nubosidad más alta (yunke) que también desaparece.

Una tormenta aislada de estas características no es lo más frecuente. Las tormentas por regla general, están formadas por un grupo o combinación de células o tormentas, como la anteriormente descrita y cada una de ellas en estados diferentes de su vida, de forma que al finalizar una, otra ocupa su puesto.

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